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La casa como un sitio para expresar la propia intimidad

17/12/2015 | Categoría: Noticias | Etiquetas:

Dado que el hombre tiene cuerpo, necesita un sitio para protegerse del frío y de la lluvia y por eso construye casas. Pero esa no es la razón principal de dichas construcciones. Es algo más, algo mucho más, porque el hombre es también espíritu, y necesita un lugar donde proyectar ese espíritu, o dicho de otra manera, donde proyectar su intimidad. Y ese espacio es la casa, el hogar, que tiene un papel fundamental en la vida humana.

Es cierto que algunos antropólogos afirman que la tendencia del hombre de construir viviendas es solo una prolongación del sistema térmico corporal: la casa sería algo como un vestido colectivo, una piel para un grupo. Sin embargo, esta explicación se queda corta, porque los hombres que viven en climas cálidos, también, desde siempre, han construido casas. J. Choza, autor del libro La supresión del pudor, signo de nuestro tiempo explica que el motivo principal por el que los hombres construyen viviendas es la necesidad de proyectar espacialmente su intimidad: mi casa es mi intimidad, mi lugar íntimo, y cuando invito a un amigo a mi casa, le invito a mi intimidad.

Para entender el concepto de hogar, primero hay que retroceder y comprender el concepto de habitar. El hombre habita un espacio porque lo posee, lo hace propio. Pero no por comprarlo sino por proyectar en él su intimidad, por hacerlo según su espíritu. En el hogar familiar, además de esto, las proyecciones de intimidades se realizan en un mismo espacio y así se comparten. Se puede decir que esas personas, que comparten una casa, viven en otras. La familia como sociedad de personas enlazadas por el amor se materializa en el hogar donde se entretejen las intimidades.

Si la casa se considera así, se entiende que cuidar el buen aspecto de ella es cuidar el carácter armónico y acogedor de la propia intimidad. Javier Choza explica que “cuidar la casa de forma que resulte acogedora para los demás tiene el mismo sentido que el esfuerzo ascético encaminado a obtener una intimidad armónica y grata para el prójimo.” Por eso los trabajos que tienen que ver con el cuidado tienen un valor esencial en la construcción del hogar.

 


Este artículo es un extracto del artículo de Cruz González –Ayesta, La familia: amor, hogar, fiesta publicado en Trasfondos familia y hogar N°08


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