Los días 25, 26 y 27 de noviembre tuvo lugar el curso “Humanos: Vivir con propósito personal y organizacional”, en el Hospital de Cuidados Paliativos Laguna. Fueron unas jornadas  en las que  reflexionamos, tanto a nivel personal como en el marco de la administración, sobre la motivación por aportar algo al mundo y el reto que tenemos todas las personas de interiorizar y transmitir la misión. El primer día, Fernando Ruiz profesor de ISSA (Escuela de Gestión Aplicada) en la Universidad de Navarra compartió con las asistentes algunos parámetros para medir el propósito: no perder el norte, sin dejar de lado la situación económica; pedir ayuda a los demás para medir bien el impacto; preguntar, tener en cuenta que los empleados son el activo más importante; comunicar y comprobar que se ha entendido y, por último, clarificar el valor añadido. 

Mamen Guitart, explicó cómo cuidar en contextos de colectividades de media y larga estancia en el sector de Hospitality. Mediante una interesante dinámica trabajamos aplicando el modelo de cuidado de la Administración. 

El primer día finalizó con un coloquio protagonizado por Alfonso Aguiló, de la red educativa Arenales y Ricard Casas, director de personas y cultura en ISS Facility Services, dos grandes empresas que operan a nivel mundial y que nos dejó titulares como los que recogemos a continuación:

Ricard Casas: “Nuestros empleados tienen un sentimiento de gratitud, no por lo que les pagamos, sino porque están contentos con su trabajo, ya que contribuye a hacer algo grande, contribuyen al sentido de su vida, dan sentido a la pregunta de por qué están en el mundo, conforman su identidad” 

“En nuestra empresa, los empleados trabajan solos, sin supervisión, pero con un alto nivel de automotivación, orgullo de hacer su trabajo bien, ¿cómo se consigue esto?

Nos dejó 3 ideas:

  • Empleador decente, pago correcto, puntual, eso da seguridad
  • Uniformidad digna, importante que se vean bien, ergonómica, cómoda, adecuada a la climatología
  • Comunicación: que fluya la comunicación de abajo hacia arriba, necesidades, sugerencias, alguien que atienda, escuche y resuelva, mecanismos que lo hacen posible, por ejemplo con la figura del gestor laboral. 

Alfonso Aguiló: “La cultura se hace visible a través del ejemplo de la dirección de la empresa, es importante que lo que dices se refleje en tus decisiones”. 

“Es necesario promover una cultura institucional integradora, y generar un modo de trabajar en el que se vaya fijando esa cultura”. 

“Hay que creer en la gente: en un ambiente de trabajo de confianza, donde los trabajadores se juntan y están a gusto, surgen ideas mejores que quizá las que podrían tener los jefes”. 

El segundo día tuvo como protagonista a Carlos Rey, director de DPMC Foundation, que tiene como fin transformar el mundo empresarial a través del propósito. Comenzó su sesión explicando la diferencia entre objetivos y misiones, afirmando que, la pregunta qué quiero hacer por los demás, engloba la misión; mientras qué quiero conseguir forma parte de los objetivos. Así pues, las misiones no se priorizan, todas son importantes, aportan el sentido de nuestro trabajo. En cambio, los objetivos sí. También, realizó una dinámica para trabajar las tres dimensiones del trabajo: cabeza, corazón y manos.

El tercer día, Lucía Pérez, experta en Liderazgo, Comunicación y Dirección de Personas, se encargó de profundizar en el poder del propósito personal, que consigue, no solo cambiar una organización, sino transformar a personas. Lucía nos invita a cuestionarnos si realmente somos humanistas: ¿lo somos por trabajar con personas y para las personas?,  ¿qué dificultades tenemos en nuestra organización para poner en el centro a la persona?, ¿qué dificultades tengo yo?, ¿dónde estoy poniendo la mirada? También trabajamos sobre los valores personales, que son el motor de nuestro actuar. A partir de los valores identificamos qué nos importa y qué nos gusta hacer, para describir nuestro propósito, nuestro “para qué”.