La sesión llevaba por título “Ecología Integral, la Laudato Si en las Administraciones” y tras un repaso sobre cómo Juan Pablo II y Benedicto XVI habían abordado el compromiso con la justicia social, la protección del medio ambiente y el bienestar de la sociedad, Albareda señaló que el Papa Francisco con esta encíclica exhorta a la responsabilidad humana en el cuidado del planeta.

El planeta enfrenta una crisis ambiental sin precedentes. La explotación excesiva de los recursos naturales, como el aire, el agua y la biosfera ha generado graves consecuencias ambientales y sociales. Entre ellas se encuentran el cambio climático, la desertificación, sequías extremas, lluvias torrenciales, la desaparición de ecosistemas y el aumento del nivel del mar.

“Es fundamental comprender la interconexión de estos fenómenos”, decía Albareda. Por ejemplo, el retroceso de los glaciares impacta directamente en la disponibilidad de agua dulce, ya que estos almacenan aproximadamente el 70% de la reserva mundial de agua potable.

En ‘Laudato Si’, el Papa Francisco advierte sobre la falacia de creer que la tecnología, por sí sola, solucionará los problemas ambientales y señala que las leyes y normativas no son suficientes para frenar comportamientos irresponsables; se requiere una transformación personal basada en la conciencia del bien común.

En el capítulo 4 de esta encíclica titulado «El Evangelio de la Creación», se enfatiza en la necesidad de preservar el planeta. Este principio encuentra su fundamento en el libro del Génesis, donde Dios encomienda a Adán y Eva la tarea de ser administradores de la creación.

Luego, tal y como propone Francisco, es necesaria una «conversión ecológica», que implica un cambio de visión y de actitud hacia el medioambiente. Para ello, es esencial adoptar un modelo de desarrollo sostenible que garantice el bienestar de las generaciones presentes sin comprometer el futuro de las próximas.

En la práctica, el comportamiento sostenible implica soluciones prácticas a problemas concretos. Debemos transitar hacia una economía circular, inspirada en los ciclos naturales, donde todo se reutiliza y recicla. Esto conlleva reducir el consumo innecesario, reciclar materiales, reeducar sobre la importancia del medioambiente, reutilizar recursos y evaluar el impacto social, ecológico y económico de nuestras acciones.

Por último, se nos invita a extender el cuidado del entorno más allá del ámbito doméstico y a asumir la responsabilidad del cuidado de la «casa común», promoviendo un estilo de vida más consciente y respetuoso con la creación.

Queremos agradecer este zoom a Guadalupe Galisteo, antigua alumna de PBH que fue quien sugirió este fantástico encuentro y por supuesto, al equipo que cada mes lo hace posible. Esperando con ganas el de abril.